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Síndrome Braquicefálico
El síndrome braquicefálico es un conjunto de cambios anatómicos que se da en perros de razas braquiocefálicas (Bulldog Inglés, Bulldog Francés, Boxer, Boston Terrier, Pekines, Carlino y Shih Tzu) y en otros perros y gatos de nariz chata como Shar-Pei, Persa o Himalaya.
Los principales componentes del síndrome incluyen narices estrechas, prolongación del paladar blando y eversión de los sáculos laríngeos. La hipoplasia de laringe y de tráquea también se puede presentar. Estos cambios en la anatomía de las vías respiratorias superiores suponen un estrechamiento en dichas vías, lo que produce una menor capacidad ventilatoria que puede dar lugar a edema pulmonar no cardiogénico.
Los principales signos son dificultad respiratoria, ronquidos, respiración por la boca, que empeora con el ejercicio, disminución de la tolerancia al ejercicio y al estrés, y en casos avanzados, cianosis, hipertermia y colapso. Los animales que presentan estas características, deben ser tratados antes de los primeros signos de disnea para prevenir la progresión del colapso laríngeo, lo que supone una obstrucción mas grave de las vías respiratorias y un empeoramiento de los síntomas y de la salud del animal.
La elongación del paladar blando es la anomalía que con mayor frecuencia se presenta en estas razas. Los signos incluyen arcadas, emesis, estertores respiratorios o ronquidos y a veces disnea inspiratoria.
Cuando se dan la elongación de paladar blando junto con el estrechamiento de los ollares, se agrava el problema de obstrucción llevando al paladar blando dentro de la laringe con mayor profundidad. El roce del paladar que se produce dentro de la laringe durante los movimientos respiratorios puede producir edema e inflamación en la mucosa del paladar y de la laringe, lo que provoca un aumento en su grosor, aumentando de este modo el síndrome obstructivo.
El tratamiento consiste en la corrección quirúrgica de los orificios nasales estenóticos, resección del paladar blando alongado, resección de los sáculos laríngeos evertidos y posibles técnicas de abducción laríngea si se presentase parálisis laríngea. Se debe realizar lo antes posible, incluso en cachorros a partir de los 3 meses. Se suele realizar a la vez que se va a realizar la resección del paladar blando elongado y los sáculos laríngeos.
El pronóstico depende del número de lesiones presentes (cuanta más lesiones, menos bueno será el pronóstico) y de la edad del animal y gravedad de la enfermedad.
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